sábado, 23 de noviembre de 2013

Las cejacas de Blancanieves

 
Anoche vi Mirror mirror, me encantó pero no dejo de salir de mi asombro con Lily Collins, que cejacas!
De primeras la ves tan dulce, tan guapa tan flaca y de repente... zas! caes en la cuenta de que tiene más cejas que cara y ya no puedes fijarte en otra cosa.
 
Las cejacas están de moda. Los de Barrio Sésamo ya lo anticiparon con la ceja de Blas, posteriormente Gallardón hizo sus pinitos como visionario en moda cejil y por último Blancanieves (con esas cejas me hago yo dos abrigos).
 
Otro caso de cejas generosas es Natalia Vodianova, que a todo el mundo le encanta, sin embargo opino que con unos kilos menos de pelo sobre los ojos estaría mucho mejor.
Pero sin duda las cejas que han marcado tendencia son las de Cara Delevingne, bellísima, hit girl y con todas las papeletas para que #rubiadebotechochomorenote sea trending topic.
 
Supongo que hoy en día lucir unas cejas como las patillas de Curro Romero es lo que se lleva pero es una moda que no comparto, mayormente porque no puedo. Mis cejas, al igual que toda yo, son pelirrojas y finas, en verano con el sol directamente desaparecen, así que nunca podré unirme a la moda cejacas de Blancanieves a no ser que me las pinte.
¿Alguien me presta un rotulador naranja?
 
Buen finde!
 
 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Acurrucarse

 
Acurrucarse: prnl. "Encogerse para resguardarse del frío o por otros motivos"
 
Me gusta mucho esta palabra.
 
Todos nos acurrucamos alguna vez, para auto compadecernos, para consolarnos a nosotros mismos, para sentirnos protegidos del mundo.
 
Acurrucarse no hace que los problemas desaparezcan, no hace que se cumplan tus sueños, no hace que tengas suerte, ni que encuentres trabajo, ni que te toque la lotería, ni que fulano/a te quiera, ni que las cosas sean como tú quieres (sea lo que sea que quieres).
 
Visto así podría parecer que acurrucarse no arregla absolutamente nada, y es verdad, pero no es inútil.
 
Cuando me supera la vida, cuando me vengo abajo, me acurruco en  mi mini-sofá, tapada hasta la cabeza con mi maxi-manta marrón. Me hago pequeñita y me quedo así un buen rato.
 
Yo me acurruco. Y no cambia nada. Pero me siento mejor.
 
 


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Placeres culinarios que no comparto

 
Comer es un placer y hacerlo en ciertos entornos mucho más. Sin embargo aquí os dejo una lista de "alegrías culinarias" que no comparto en absoluto:
 
  • Desayunar en la cama: Se que a muchos os encanta, pero yo no le encuentro el punto. Cuando me levanto tengo la boca pastosilla y el estómago cerrado, además comer en la cama es incómodo y se pone todo perdido de migas. No se como hay gente capaz de enchufarse un café con leche y diez galletas María antes de haber puesto un pie en el suelo.
 
  • Caracoles en salsa: un caracol es una babosa con cáscara. Tiene textura gomosa y encima te lo comes con ojos, tripas y todo. Por muy rica que esté la salsa me niego ni siquiera a mojar pan, por no hablar de los "pa' luegos" que dejan los caracoles entre los dientes (degustación de gasterópodo toda la tarde) No gracias.
 
  • Marisco: Al igual que los caracoles, las gamas, las cigalas, las nécoras etc. tienen cascara. Si tiene cascara tienes que pelarlo. Os lo diré sin paños calientes: un animal con cáscara es un bicho. No me gustan los bichos, no entiendo por qué la gente se vuelve loca y paga un pastizal para comerse por ejemplo unas ostras que encima están vivas cuando te las comes! (bicho vivo en la boca=asco infinito).
 
  • Brunch: el Brunch es el hambre perpetua. No es ni desayuno ni comida, así que tienes que esperar muerto de hambre hasta que llegue la hora. Como lo has tomado a media mañana te saltas la comida por lo que a media tarde estás famélico soñando con la cena. Vamos, ganas de sufrir (con mucho glam, eso si).
 
  • Gyn Tonic de diseño: Me encanta el Gyn-Tonic, lo disfruto en demasía, pero el de toda la vida. Ahora se ha puesto de moda y han empezado a reinventarlo. Los hay de pepino, de fresa, de pimienta e incluso los que combinan varios sabores. A ver, yo quiero una copa, si empiezas a echarle cosas se convertirá en una ensalada.
-Señorita le traigo más hielo?
-No, mejor tráeme pan.
 
 
Esto os lo dice una tía que se come la cáscara de las naranjas, pero resumiendo, es que yo soy más de bocata de chorizo y patatas de bolsa, que se le va a hacer.