Está claro que Cuestarriba a pesar de ser mi ciudad favorita del mundo, no es mi destino.
Hace ya casi 4 años que me vine a vivir a Invernalia, el motivo fue (y es), cómo todas las cosas que se hacen con ilusión en esta vida, por amor. Aquí sigo, soy la de siempre pero con anillo.
Invernalia es una ciudad muy bonita, el parque temático de la hostelería, a escasas dos horas de las playas del Wild Cantabric pero a tomar por culo de todo lo demás. Sin aeropuerto practicable, al menos llega el AVE (los billetes a precio de centolla, pero llega el AVE). Y sobre todo llana. Veniros por aquí y os garantizo que no encontrareis ni una sola cuesta, ciudad perfecta para ciclistas y andarines.
No os negaré que me gusta hacerme la chulita rollo "Reina en el Norte" y disfruto enseñando a las visitas las maravillas del Reino, les explico lo del Cáliz, lo de los 19 reyes, tengo un máster en arquitectura de Gaudí fuera de Cataluña y me encanta darle emoción al momento Catedral, flipan!
Aunque lo que más me gusta sin duda es llevar a las visitas a tomar algo. Explicarles a los foráneos que por 1,50€ te dan un café con la tapa que tu quieras, que con cada cerve te van a dar de comer mucho y bien por la patilla, esto les impacta más que la Catedral, principalmente porque la mayoría de las visitas vienen de Cuestarriba y allí, por muy bien que huela y muy bueno que haga, como mucho te ponen unos panchitos con la consumición.
La pega que le pongo a Invernalia es el frio que hace, que lo hace siempre. Los autóctonos dicen que aquí solo hay dos estaciones: verano e invierno, pero es mentira, solo hay invierno y menos invierno. Casi siempre brilla el sol pero no calienta, y eso a mí, que soy de clima Mediterráneo, me pone de muy mala leche. Odio estar encogida todo el día y no poder ponerme tirantes hasta julio. Lo bueno es que tengo excusa para gastarme los duros en abrigos y pasar de las sandalias (los brazos los tengo bonitos pero los pies no).
Dentro de poco es la noche de San Juan. Veo por la tele a la gente preparándose para las hogueras en la playa, los vestiditos vaporosos para las verbenas de los pueblos y aquí, que también hay fiestas, lo que estamos preparando es el plumas. Saltaré la hoguera para calentarme.
Bienvenidos al Norte!