Hoy he estado hablando con una amiga que tiene mal de amores (otra para la lista). Le he dicho que comprendo como se siente y que se le pasará. Ella entre desolada y cabreadísima me pregunta:
Elle- ¿Pero a ti te han dejado alguna vez?
Bionda- O_O
Me parto. Pues claro que sí, me han dejado, corneado, puesto excusas...al igual que he hecho yo con algunas de mis conquistas.
Si no existieran las calabazas todos estaríamos con el novio/a con el que nos comimos el morrete por primera vez esperando oír violines, y en el fondo, (reconozcámoslo) no fue para tanto.
Dar y recibir calabazas es parte de la vida normal de una persona normal. A veces te las dan directamente y otras veces se dan por hecho.
Mi ultima calabaza me la dio un Ismael, y aunque no sufrí mucho si recuerdo ese escozor, ese dolorcillo, ese millón de pensamientos absurdos tipo:
Si yo fuera...
Si hubiera dicho...
Si hubiera hecho...
¿¿¿¿Pero por qué no me quiere???? con lo buena que estoy!!!!!
Ninguna de estas divagaciones tiene sentido, si no te quiere, pues no te quiere, y solo queda recoger tu calabaza con dignidad y punto, además una calabacita de vez en cuando no viene mal para tener los pies en la tierra y el ego dentro de los límites.
Mientras atesoro (y reparto) calabazas sigo esperando al hombre de mi vida, que debe estar escalando el Everest o recogiendo percebes, yo que se, el caso es que tarda mucho.
Bueno, no importa, tengo calabazas para picar si me entra el hambre mientras le espero... ;)
Feliz fin de semana.